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LOS ANIMALES DE COMPAÑÍA NO SON JUGUETES

La llegada de la Navidad nos envuelve en un clima de alegría, amor y unión familiar. Es un tiempo de encuentro y por supuesto de intercambios de regalos. Entre las opciones más solicitadas por los niños, e incluso por algunos adultos, se encuentran los animales de compañía. Sin embargo, antes de considerar regalar un ser vivo, es fundamental reflexionar sobre la responsabilidad que implica incorporar un animal al hogar.

A diferencia de los juguetes, un perro o un gato no tienen ticket de devolución ni botón de apagado. Son seres vivos que requieren atención constante y un compromiso que puede durar más de una década. Aunque al principio la llegada de un cachorro puede ser emocionante, la realidad de su cuidado pronto se impone.

Decidir incorporar un animal de compañía al hogar es un compromiso que debe ser premeditado, ya que requieren de necesidades específicas como lo son una alimentación adecuada, cuidados veterinarios regulares, un ambiente seguro, limpio y adaptado a sus necesidades; tiempo y dedicación, tanto para paseos diarios como para momentos de interacción y juego.

La esperanza de vida promedio de un perro es de 12 años y la de un gato, de 15 años o más. Por lo tanto, esta decisión debe asumirse con seriedad, reconociendo que el bienestar del animal dependerá completamente de la familia que lo reciba.

La incorporación de un animal a la familia es una oportunidad invaluable para enseñar a los niños valores como la empatía, la responsabilidad y el respeto por los seres vivos. Sin embargo, la supervisión de los adultos es esencial para garantizar que el perro o gato reciba la atención adecuada.

Este año, hagamos de la navidad una oportunidad para educar, reflexionar y actuar con conciencia, recordando siempre que el compromiso hacia nuestros animales de compañía es una promesa de por vida.

Regala amor y responsabilidad. Los animales no son un juguete.